jueves, 12 de diciembre de 2013

ATARDECERES (Richard Aldington, inglés)



      El cuerpo blanco del atardecer
      Se desgarra y se vuelve escarlata,
      Tajeado y drenado y desecado
      Hasta volverse carmesí,
      Y cuelga irónicamente
      Con guirnaldas de niebla.
      Y el viento
      Soplando sobre Londres desde Flandes
      Tiene un gusto agrio.

sábado, 23 de noviembre de 2013

LINDA PELIRROJA (Guillermo Apollinaire, francés)


Heme aquí ante todos un hombre de buen sentido

Que conoce de la vida y de la muerte lo que un ser viviente

     puede conocer

Que ha probado las penas y los goces del amor

Que ha sabido imponer algunas veces sus ideas

Conocedor de varios idiomas

Y ha viajado lo suficiente

Que ha visto la guerra en la artillería y en la infantería

Herido en la cabeza trepanado bajo el cloroformo

Que ha perdido a sus mejores amigos en la espantosa lucha

Sé de lo antiguo y de lo nuevo cuando un hombre solo podría

     saber de ambos

Y sin inquietarme hoy en día por esta guerra

Entre nosotros y para nosotros amigos míos

Juzgo esta larga disputa entre la tradición y la invención

          Entre el Orden y la Aventura



Vosotros cuya boca fue hecha a imagen de la de Dios

Boca que es el orden mismo

Sed indulgentes cuando nos comparéis

Con los que fueron la perfección del orden

A nosotros que sobre todo buscamos donde fuere la aventura



No somos vuestros enemigos

Queremos daros vastos y extraños dominios

Donde el misterio en flor se ofrece a quien quiere cogerlo

Hay allí nuevos fuegos de colores nunca vistos

Mil imponderables fantasmas

A los que es preciso dar realidad

Queremos explorar la bondad comarca enorme donde todo calla

Existe también el tiempo que podemos expulsar o hacer que regrese

Piedad para nosotros los que siempre combatimos en las fronteras

De lo ilimitado y lo porvenir

Piedad para nuestros errores piedad por nuestros pecados



He aquí que llega el estío de la estación violenta

Y mi juventud ha muerto al igual que la primavera 

Oh Sol es el tiempo de la Razón ardiente

                   Y espero

Para seguirla siempre la forma noble y dulce

Que ella toma con el fin que sólo yo la ame

Ella viene y me atrae como el imán al hierro

         Tiene el encantador aspecto

         De una adorable pelirroja



Sus cabellos se diría que son de oro

Un bello relámpago que dura

O estas llamas que se pavonean

En las rosas-té que se marchitan



Pero burlaos burlaos de mí

Hombres de todas partes sobre todo los de aquí

Pues no hay tantas cosas que no me atrevo a deciros

Tantas cosas que no me dejaríais decir

Tened piedad de mí

jueves, 14 de noviembre de 2013

SI VIVO MUCHOS AÑOS (Fujira no Kiyosuke, japonés)


 si vivo muchos años
 deberé recordar en el futuro
 estas horas felices,
 igual que ahora recuerdo
 las amarguras del pasado

sábado, 26 de octubre de 2013

PODRÍA ESTAR MÁS SOLA (Emily Dickinson, norteamericana)


Podría estar más sola sin mi soledad,
tan habituada estoy a mi destino,
tal vez la otra paz,
podría interrumpir la oscuridad
y llenar el pequeño cuarto,
demasiado exiguo en su medida
para contener el sacramento de él,

no estoy habituada a la esperanza,
podría entrometerse en su dulce ostentación,
violar el lugar ordenado para el sufrimiento,

sería más fácil fallecer con la tierra a la vista,
que conquistar mi azul península,
perecer de deleite.

sábado, 12 de octubre de 2013

PIERRE DRIEU LA ROCHELLE DIVAGA FRENTE A SU MUERTE (Juan Luis Panero, español)



Al final pienso que tenía razón
-todo el absurdo tinglado del poder,
el cuchillo implacable de la inteligencia,
las sórdidas, políticas palabras,
los arañados proyectos imposibles-,
sí, tenía razón ese día. Me acuerdo bien
cuando pensé, echado junto a ella,
que lo único real era una buena puta,
una piel cálida, unos labios silenciosos, unas manos expertas,
en aquel burdel, cerca de Neuilly, al amanecer.
Por eso, porque creo que tenía razón, soy más culpable
-libros, declaraciones, ideas, lealtades,
el secreto de todo, el revés de la nada-,
cuánto tiempo perdido para llegar a esto,
para recordar, ya sin solución, sus largos muslos,
el sabor espeso de su boca, los rozados pezones.
Llegaba una luz gris sobre la cama,
sobre su culo memorable, inmóvil,
sí, tenía razón, aquella puta
cuyo nombre nunca supe o tal vez he olvidado,
el humo de un cigarrillo, eso es todo, yo tenía razón,
y si no la tenía, ¿qué importa ahora?

miércoles, 2 de octubre de 2013

RESTITUCIÓN (Federico Balart, español)


Estas pobres canciones que te consagro,
En mi mente han nacido por un milagro.
Desnudas de las galas que presta el arte,
Mi voluntad en ellas no tiene parte:
Yo no sé resistirlas ni suscitarlas;
Yo ni aun sé comprenderlas al formularlas;
Y es en mí su lamento, sentido y grave,
Natural como el trino que lanza el ave.
Santas inspiraciones que tú me envías,
Puedo decir, esposa, que no son mías:
Pensamiento y palabra de ti recibo;
Tú en silencio las dictas; yo las escribo.

Desde que abandonaste nuestra morada,
De la mortal escoria purificada,
Transformado está el fondo del alma mía,
Y voces oigo en ella que antes no oía.
Todo cuanto, en la tierra y el mar y el viento,
Tiene matiz, aroma, forma o acento,
De mi ánimo abatido turba la calma
Y en canción se convierte dentro del alma.
Y es que, en estas tinieblas donde me pierdo,
Todo está confundido con tu recuerdo:
¡Sin él, todo es silencio, sombra y vacío
En la tierra y el viento y el mar bravío!

Revueltos peñascales, áspera breña
Donde salta el torrente de peña en peña;
Corrientes bullidoras del claro río;
Religiosos murmullos del bosque umbrío;
Tórtola que en sus frondas unes tus quejas
Al calmante zumbido de las abejas;
Águila que levantas el corvo vuelo
Por el azul espacio que cubre el cielo;
Golondrina que emigras cuando el Octubre,
Con sus pálidas hojas el suelo cubre,
Y al amor de tu nido tornas ligera
Cuando esparce sus flores la primavera;
Aura mansa que llevas, en vuelo tardo,
Efluvios de azucena, jazmín y nardo;
Brisas que en el desierto sois mensajeras
De los tiernos amores de las palmeras
( ¡De las pobres palmeras que, separadas,
Se miran silenciosas y enamoradas!);
Pardas nieblas del valle, nieves del monte,
Cambiantes y vislumbres del horizonte;
Tempestad que bramando con ronco acento
Tus cabellos de lluvia tiendes al viento;
Solitaria ensenada, restinga ignota
Donde oculta su nido la gaviota;
Olas embravecidas que pone a raya
Con sus rubias arenas la corva playa;
Grutas donde repiten con sordo acento
Sus querellas y halagos la mar y el viento;
Velas desconocidas que en lontananza
Pasáis como los sueños de la esperanza;
Nebuloso horizonte, tras cuyo velo
Sus límites confunden la mar y el cielo;
Rayo de sol poniente que te abres paso
Por los rotos celajes del triste ocaso;
Melancólico rayo de blanca luna
Reflejado en la cresta de escueta duna;
Negra noche que dejas de monte a monte
Granizado de estrellas el horizonte;
Lamento misterioso de la campana
Que en la nocturna sombra suena lejana,
Pidiendo por ciudades y por desiertos
La oración de los vivos para los muertos;
Plegaria que te elevas entre la nube
Del incienso que en ondas al cielo sube
Cuando al Señor dirigen himnos fervientes
Santos anacoretas y penitentes:
Catedrales ruinosas, mudas y muertas,
Cuyas góticas naves hallo desiertas,
Cuyas leves agujas, al cielo alzadas,
Parecen oraciones petrificadas;
Torres donde, por cima de la veleta
Que a merced de los vientos se agita inquieta,
Señalando regiones que nadie ha visto
Tiende inmóvil sus brazos la fe de Cristo:
Luces, sombras, murmullos, flores, espumas,
Transparentes neblinas, espesas brumas,
Valles, montes, abismos, tormentas, mares,
Auras, brisas, aromas, nidos y altares,
Vosotros en el fondo del alma mía
Despertáis siempre un eco de poesía:
Y es que siempre a vosotros encuentro unido
El recuerdo doliente del bien perdido.
Sin él, ¿qué es la grandeza, qué es el tesoro
De la tierra y el viento y el mar sonoro?

Ya lo ves: las canciones que te consagro,
En mi mente han nacido por un milagro.
Nada en ellas es mío, todo es don tuyo:
Por eso a ti, de hinojos, las restituyo.
¡Pobres hojas caídas de la arboleda,
Sin su verdor el alma desnuda queda!
Pero no, que aun te deben mis desventuras
Otras más delicadas, otras más puras:
Canciones que, por miedo de profanarlas,
En el alma conservo sin pronunciarlas;
Recuerdos de las horas que, embelesado,
En nuestro pobre albergue pasé a tu lado,
Cuando al alma y al cuerpo daban pujanza
Juventud y cariño, fe y esperanza;
Cuando, lejos del mundo parlero y vano,
Íbamos por la vida mano con mano;
Cuando, húmedos los ojos, juntas las palmas,
En una se fundían nuestras dos almas:
Canciones silenciosas que el alma hieren;
Canciones que en mí nacen y que en mí mueren;
¡Hechizadas canciones, con cuyo encanto
A mis áridos ojos se agolpa el llanto!

Y aun a veces aplacan mis amarguras
Otras más misteriosas, otras más puras:
Canciones sin palabra, sin pensamiento,
Vagas emanaciones del sentimiento;
Silencioso gemido de amor y pena
Que, en el fondo del pecho, callado suena;
Aspiración confusa qué, en vivo anhelo,
Ya es canción, ya plegaria que sube al cielo;
Inquietudes del alma, de amor herida;
Vagos presentimientos de la otra vida;
Éxtasis de la mente que a Dios se lanza;
Luminosos destellos de la esperanza;
Voces que me aseguran que podré verte
Cuando al mundo mis ojos cierre la muerte:
¡Canciones que, por santas, no tienen nombres
En la lengua grosera que hablan los hombres!
Ésas son las que endulzan mi amargo duelo;
Ésas son las que el alma llaman al cielo;
Ésas de mi esperanza fijan el polo,
¡Y ésas son las que guardo para mí solo!

martes, 10 de septiembre de 2013

AUGURIOS DE INOCENCIA (William Blake, inglés)


      Para ver el mundo en un grano de arena,
      Y el cielo en una flor silvestre,
      Abarca el infinito en la palma de tu mano
      Y la eternidad en una hora.
      Aquel que se liga a una alegría
      Hace esfumar el fluir de la vida;
      Aquel que besa la joya cuando esta cruza su camino
      Vive en el amanecer de la eternidad.

jueves, 8 de agosto de 2013

ASÓMATE A LA VENTANA (James Joyce, irlandés)


        Asómate a la ventana,
        Cabellos de oro
        Te escuché cantar
        Una alegre tonada.
        Mi libro estaba cerrado;
        Ya no leía más,
        Veía tan solo bailar el fuego
        Sobre el piso.
        He abandonado mi libro
        He abandonado mi habitación
        Pues te he escuchado cantar
        En la oscuridad
        Cantar y cantar
        Una alegre tonada,
        Asómate a la ventana,
        Tú, cabello de oro.

sábado, 27 de julio de 2013

CISNE DE PRIMAVERA (Charles Bukowski, norteamericano)


      También en primavera mueren los cisnes
      Y allí flotaba
      Muerto un domingo
      Girando de lado
      En la corriente
      Y fui hasta la rotonda
      Y distinguí
      Dioses en carros,
      Perros, mujeres
      Que gritaban
      Y la muerte
      Se me precipitó garganta abajo,
      Como un ratón,
      Y oí llegar gente
      Con sus cestas de merienda
      Y sus risas,
      Y me sentí culpable
      Por el cisne,
      Como si la muerte
      Fuese algo vergonzoso
      Y me alejé
      Como un idiota,
      Y les dejé
      Mi hermoso cisne.

sábado, 13 de julio de 2013

EL MILAGRO PEQUEÑO (Alejandro Casona, español)



Aquella pobre niña
que aún no tenía senos…
Y la niña lloraba:?
Yo quiero tener senos.?
Señor, haz un milagro:
un milagro pequeño.

Pero Dios no la oía,
allá arriba, tan lejos…
Y cogió dos palomas,
se las puso en el pecho…
Pero las dos palomas
levantaron el vuelo.

Y cogió dos estrellas,
se la puso en el pecho…
Las estrellas temblaron
y se apagaron luego.
Y cogió dos magnolias,
se las puso en el pecho…
Las dos magnolias blancas
deshojaron sus pétalos.

Y cogió dos panales,
se los puso en el pecho…
Y la miel y la cerase
helaron en el viento.

¡Un milagro, Señor,
un milagro pequeño!
Pero Dios no la oía
,allá arriba, tan lejos.

Y un día fue el amor;
se le entró pecho adentro
¡y se sintió florida!

Le nacieron dos senos
con pico de paloma,
con temblor de luceros,
como magnolias,blancos;
como panales, llenos.
¡Igual que dos milagros… pequeños!

miércoles, 19 de junio de 2013

AJEDREZ (Marin Sorescu, rumano)




Yo juego un día blanco,
Él juega un día negro.
Yo avanzo con un sueño,
Él me lleva a la guerra.
Él me ataca los pulmones,
Yo pienso un año en el hospital,
Hago una combinación brillante
Y le gano un día negro.
Él juega una desgracia
Y me amenaza con el cáncer
(Que por ahora anda en forma de cruz),
Mas yo le pongo por delante un libro
Y lo obligo a una retirada.
Le gano otras cuantas piezas,
Pero mira, la mitad de mi vida
Está fuera de juego.
-Oh, le daré jaque a tu rey y perderás el optimismo,
Me dice él.
-No es nada, bromeo yo.
Pues hago el enroque de los sentimientos.
Detrás de mi esposa, los hijos,
El sol, la luna y los otros mirones
Tiemblan ante cualquier jugada mía.

Yo enciendo un cigarrillo
Y sigo la partida.

viernes, 24 de mayo de 2013

CANTO A LOS MINEROS DE BOLIVIA (Manuel Scorza, peruano)



Hay que vivir ausente de uno mismo,
hay que envejecer en plena infancia,
hay que llorar de rodillas delante de un cadáver
para comprender qué noche
poblaba el corazón de los mineros.
Yo fui a Bolivia en el otoño del tiempo.
 Pregunté por la Felicidad.
 No respondió nadie.
 Pregunté por la Alegría.
 No respondió nadie.
 Pregunté por el Amor.
Un ave
cayó sobre mi pecho con las alas incendiadas.
 Ardía todo en el silencio.
 En las punas hasta el silencio es de nieve.

 Comprendí que el estaño
 era
 una
 larga
 lágrima
 petrificada
 sobre el rostro espantado de Bolivia.
 ¡Nada valía el hombre!
 ¡A nadie le importaba si bajo su camisa
 existía un cuerpo, un túnel o la muerte!

martes, 30 de abril de 2013

POR QUIEN DOBLAN LAS CAMPANAS (John Donne, inglés)




Ningún hombre es en sí
Equiparable a una isla;
Todo hombre es un pedazo del continente,
Una parte de tierra firme;
Si el mar llevara lejos un terrón,
Europa perdería
Como si fuera un promontorio.
Como si se llevara una casa solariega
De tus amigos o la tuya propia.
La muerte de cualquier hombre me disminuye,
Porque soy una parte de la humanidad.
Por eso no preguntes nunca
Por quién doblan las campanas,
Están doblando por ti.

sábado, 13 de abril de 2013

GRECIA (Friedrich Holderlin, alemán)





Tanto vale el hombre y tanto vale el esplendor de la vida,
Los hombres a menudo son amos de la naturaleza,
Para ellos la tierra hermosa no está escondida,
Sino que con dulzura se desnuda mañana y tarde.
Los campos abiertos son como los días de la siega,
Alrededor se extiende espiritual la vieja Leyenda,
Una vida nueva vuelve siempre a nuestra humanidad,
Y el año se inclina aún una vez silenciosamente.

lunes, 1 de abril de 2013

HISTORIA DEL PENSAMIENTO (Manuel Acuña, mexicano)



Cuando a su nido vuela el ave pasajera
A quien amparo disteis, abrigo y amistad
Es justo que os dirija su cántiga postrera,
Antes que triste deje, vuestra natal ciudad.
Al pájaro viajero que abandonó su nido
Le disteis un abrigo, calmando su inquietud;
¡Oh! Tantos beneficios, jamás daré al olvido
durable cual mi vida será mi gratitud.
En prueba de ella os dejo lo que dejaros puedo,
Mis versos, siempre tristes, pero los dejo asi;
Porque pienso, a veces que entre sus letras quedo,
Porque al leerlos creo que os acordais de mí.
Voy, pues, a referiros una sencilla historia.
Que en mi alma desolada, honda impresión dejó;
Me la contaron... ¿Donde?... es frágil mi memoria...
Acaso el héroe de ella... o bien, la soñé yo.
Era una linda rosa, brillante enredadera,
Tan pura, tan graciosa, espléndida y gentil.
Que era el mejor adorno de la feliz pradera,
La joya más valiosa del floreciente abril.
Al pie de ella crecía un pobre pensamiento,
Pequeño, solitario, sin gracia ni color;
Pero miró a la rosa y respiro su aliento
Y concibió por ella el mas profundo amor.
Mirando a su querida pasaba noche y día.
Mil veces ¡ay! Le quiso su pena declarar;
Pero tan lejos siempre, tan lejos la veía,
Que devoraba a solas su pena y su pesar.
A veces le mandaba sus tímidos olores,
Pensando que llegaba hasta su amada flor;
Pero la brisa, al columpiar las flores,
Llevábase muy lejos la pena de su amor.
El pobre pensamiento mil lágrimas vertía,
Desoladoras lágrimas, de acíbar y de hiel,
Mientras la joven rosa, sin ver a otras crecía,
Y mientras mas crecía, más se alejaba de él.
Llega un jazmín en tanto a la pradera bella,
También él a la rosa al punto que la vió;
Pero él fue mas dichoso, pudo llegar hasta ella,
Le declaró su pena, y al fin la rosa amó...
Comprenderéis ahora al pobre pensamiento,
Al ver correspondido a su feliz rival?
¿No comprendéis su horrible, su bárbaro tormento
al verse condenado a suerte tan fatal?
Después lo transplantaron; vivió en otras praderas
Indiferiencia, olvido y hasta placer fingió:
Miraba flores lindas, brillantes y hechiceras,
Pero su amor constante y fiel compareció.
Por fin una mañana, estando muy distante,
el céfiro contóle las bodas del jazmín;
el escuchó sonriente, y ciego y delirante,
loco placer fingiendo, creyó olvidar al fin.
Pero al siguiente día con lágrimas le vieron
las flores, e ignorando su oculto padecer,
"Tu lloras, pensamiento, tu lloras", le dijeron:
"No es nada, contestóles, es llanto de placer".
...................................................
                    Ved la sencilla historia que os ofrecí contaros,
                acaso os entristezca pero la dejo asi;
                adiós, adiós, ya parto; me atrevo a suplicaros
                que la leáis a solas y os acordéis de mí.


lunes, 18 de marzo de 2013

O VIVIRÉ PARA ESCRIBIR TU LOSA (William Shakespeare, inglés)


O viviré para escribir tu losa,
o vives y en la tierra me he podrido.
Qué importa que yo caiga en el olvido
si en mi canto inmortal tu honor reposa.

No morirá por mí tu fama hermosa
aunque yo al mundo moriré ya ido:
tú serás recordado y bendecido,
yo volveré a ser polvo entre la fosa.

Cuando sean los que hoy viven sombra vana
mis estrofas serán tu monumento
que mirará generación lejana.
Remota edad repetirá mi acento;

vivirás por mi pluma soberana
doquier se exhale un amoroso aliento.

viernes, 1 de marzo de 2013

ORACIÓN DE LA TARDE (Arthur Rimbaud, francés)


Como un ángel en manos del barbero, sentado
Vivo. Y empuño un chop de acentuadas estrías.
Una pipa en los dientes y el epigastrio inflado,
En el aire que surcan inciertas travesías.

Como las heces cálidas de un palomar vetusto,
Mil sueños en mí dejan una dulzura ardiente:
Y así mi corazón es como un triste arbusto
Que tiñen rojas gotas de un oro incandescente.

Y una vez que a mis sueños me los volví a beber,
Cauto, después de treinta o cuarenta festejos,
A calmar me retiro el acre menester.

Dulce como el Señor del cedro y los hisopos,
Meo hacia el cielo pardo, muy arriba y muy lejos,
Con la aquiescencia de los grandes eliotropos.

domingo, 10 de febrero de 2013

ÁLAMOS (Raymond Carver, norteamericano)



Imagina a un joven, solo, sin nadie.
Cuando algunas gotas de lluvia golpearon su ventana
empezó a escribir de prisa.
Vivía en una pensión con ratones de compañía.
Yo amaba su coraje.

Alguien más a unas cuantas puertas más abajo
tocaba discos de Segovia todo el día.
Nunca salió de su cuarto, y nadie podría culparlo.
De noche él podía oír las otras
máquinas de escribir de otros, y sentirse reconfortado.

Literatura y música.
Todos soñando con caballeros españoles
y grandes patios.
Desfiles. Ceremonia y
resplandor.

Álamos.
Días de lluvia y agua.
Hojas abatidas finalmente en el suelo.
En mi corazón, este pedazo de tierra
que la tormenta ilumina.

miércoles, 16 de enero de 2013

DEDICATORIA (Czeslaw Milosz, polaco)



Varsovia 1945
"Vosotros, a quienes no pude salvar,
Escuchadme.
Intentad entender estas simples palabras, ya que de otras me avergonzaría.
Os juro que en ellas no hay hechicería.
Os hablo en silencio como una nube, como un árbol.

Aquello que me fortaleció a mí, para vosotros fue mortal.
Confundisteis el adiós a una época, con el advenimiento de una nueva
-Odio confabulado de belleza lírica.
Fuerza ciega de forma completa.

He aquí un valle polaco de ríos anémicos. Y un inmenso puente
Perdiéndose en la niebla. He aquí una ciudad vencida,
Y el viento arroja alaridos de gaviotas sobre vuestra tumba
Mientras os hablo.

¿Qué clase de poesía es aquella que no salva
Naciones o pueblos?
Una conspiración de mentiras oficiales.
Una tonadilla de borrachos cuyas gargantas serán cortadas de inmediato,
Una conferencia para señoritas.
He deseado la buena poesía sin saberlo,
He descubierto, ya tarde, su saludable objetivo.
En ella y sólo en ella, encuentro salvación.

Se solía esparcir millo o alpiste sobre las tumbas
Para alimentar a los muertos que volvían disfrazados de pájaros.
Aquí os dejo este libro, vosotros quienes alguna vez vivisteis
Para que nunca más volváis. "